STEM y género: todos tenemos un rol

Jeannette Escudero, directora ejecutiva de Talento Digital para Chile.


La formación de mujeres en STEM para el desarrollo del país, se instaló en la agenda desde la “gran noticia”, el aumento de un 18,6% en la matrícula de mujeres jóvenes en carreras STEM, llegando en Chile a un 30,2% según cifras del Ministerio de Educación. Pero de ellas ¿cuántas egresan?, ¿cuántas salen al mercado laboral y tienen una trayectoria exitosa en el área? En este sentido y desde la experiencia que hemos tenido desde el inicio de Talento Digital hace 5 años, es fundamental pensar en un plan más integral y colaborativo que guíe a las mujeres desde su educación escolar y su vocación para entrar a una carrera STEM, hasta su empoderamiento al momento de salir al mercado laboral.

En esta misma línea, son varias las organizaciones (de toda índole) que están trabajando en el tema y, más aún, generando acciones concretas para incentivar a las mujeres, desde su infancia, a la participación en el rubro de la tecnología, la ciencia, las matemáticas y la ingeniería.

Porque el consenso está en que esto sólo puede sumar en un mundo masculinizado que necesita cambiar su mirada hacia un desarrollo integral, con la inclusión de talento femenino y masculino como una forma de proyección al bienestar y a la solución de los problemas que hoy enfrentamos como humanidad, desde el cambio climático hasta la transformación digital, que nos hace proyectar el futuro de manera más responsable y consciente.

Pero ¿qué falta para avanzar? Las cifras hablan por sí solas. Actualmente, la conversión aún está muy lejos de llegar al 50% de mujeres en el campo laboral de las áreas en STEM y el 36% de las mujeres que estudian estas carreras no está ejerciendo en su profesión actualmente. Por otra parte, de acuerdo con las últimas cifras de la OCDE, Chile continúa entre los países más bajos cuando hablamos de mujeres tituladas en carreras STEM (8% en el año 2020).

Teniendo claro entonces que la clave no está sólo en aumentar el número o porcentaje de las matrículas, sino que lo fundamental es que el sistema permita que las mujeres entren a estudiar una carrera en estas áreas, mantengan sus estudios, egresen y luego tengan la oportunidad de entrar al mercado laboral, y tener una buena trayectoria.

Es desde ahí, por ejemplo, cómo hemos enfocado el trabajo de Talento Digital en estos 5 años, lo que nos permite contar con un 36% de mujeres egresadas de nuestros bootcamps a la fecha, y con las que seguimos trabajando constantemente a través del programa “Mujeres X Talento Digital”, que nace y se desarrolla gracias a nuestro modelo de innovación social, que trabaja como un puente entre el mundo público, privado y las instituciones de formación, y muestran cómo el trabajo colaborativo es un ejemplo de éxito para alcanzar políticas públicas que fomenten la inclusión de la mujer en el mundo laboral.

Entonces, si sabemos que la falta de mujeres limita el talento, la perspectiva de género, la innovación y creatividad; y que las empresas ya tienen una cultura más inclusiva para la contratación, toca actuar ahora bajo el compromiso de potenciar a las mujeres en el desarrollo de sus trayectorias laborales en STEM. El círculo virtuoso se da inequívocamente desde la colaboración, porque todos y todas tenemos un rol, desde el mundo privado, hasta las organizaciones de la sociedad civil, la academia y el Estado. Ésta es la única forma de lograr este salto con las mujeres, pensando en los objetivos de equidad de cara a los próximos años.